Steve se entregó en sus últimos meses de vida a la reflexión. Se volvió calmo, cariñoso y abrazó el cristianismo evangélico. Pero su pasión por la vida, por hacer las cosas como quería, esa no varió. Crédito: archivo
Cuentan diferentes biografías que cuando Steve McQueen escuchó de su médico el diagnóstico de cáncer de pulmón, se quedó en silencio unos segundos y después, con voz firme, dijo: "No voy a tomar quimioterapias".