Ya sabemos que en 1856 se publicó la famosísima Ley Lerdo por medio de la cual se sacaron a la venta los bienes propiedad de la Iglesia Católica. Para haber sido inspirada por el demonio -según los historiadores católicos- esa ley tuvo bastante éxito. En 1857 se imprimió una "Memoria presentada al Excmo. Sr. Presidente Sustituto de la República por el C. Miguel Lerdo de Tejada, dando cuenta de la marcha que han seguido los negocios de la Hacienda Pública, en el tiempo que tuvo a su cargo la Secretaría de este ramo". Muy mal impresa está la tal Memoria, y su lectura es fatigosa por los abundantes errores tipográficos que en ella aparecen. Tiene además tantas faltas de ortografía que parece tesis de doctorado actual. Pero en esa memoria aparece un dato muy revelador: se hicieron en el país más de 8 mil adjudicaciones y remates de bienes eclesiásticos. Los mexicanos eran muy católicos, sí, pero eso no les impidió quedarse bonitamente con las fincas que ocupaban y que eran propiedad de la Iglesia. En Puebla, donde se localizaba el ojo del huracán, se adjudicaron o vendieron 705 fincas. De arrendatarios sus ocupantes pasaron de la noche a la mañana a ser propietarios.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.