A cada hora fulminaba don Benito Juárez un nuevo decreto anticlerical después de que se hizo cargo de la presidencia de la República en enero de 1861. Ordenó la incautación de todos los objetos de que la Iglesia había sido despojada, y llamó a un corredor, don Francisco Mejía, para encargarle su venta y la de los demás bienes que al clero se le confiscarían. Tiempo después contaría don Francisco en círculo de amigos que cierto día, al entrar en el despacho de don Melchor Ocampo, vio sobre su escritorio "gran cantidad de brillantes sueltos, perlas y otras alhajas pertenecientes a la Virgen del Rosario de la iglesia de Santo Domingo, dándoles un valor de 300 mil pesos...".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.