Abrazado a la bandera

Como braga de mala mujer, de arriba para abajo, andaba don Carlos María de Bustamante. De la ceca a la Meca, de Herodes a Pilatos, como canica en lavamanos. Amigo y confidente de don José María Morelos, no tuvo ya sosiego después de los desastres de Valladolid y Puruarán, en que don José María fue vencido. Diputado insurgente, de Chilpancingo fue a Oaxaca, de Oaxaca a Tehuacán y de ahí -hostilizado por Rosains- a Zacatlán, donde junto con su esposa estuvo a punto de caer en manos de los españoles. Por un pelito se salvaron, pero todo su equipaje quedó en poder de quienes los perseguían.