¿Cómo será el paraíso? Yo me imagino un lugar hermoso, tal vez un poco vintage, muy iluminado, forrado de vegetación y nutrido de fresca brisa, donde puedes permanecer toda la mañana sentada en una mesa, chismeando con las comadres sin presiones ni remordimientos, reconfortada tu alma con el mejor café y unos ricos benedictinos que se divinizan con salmón y salsa holandesa.