Anima Nicaragua a comer iguanas
AFP
Managua, Nicaragua (29 agosto 2014) .-15:58 hrs
En menos de cinco minutos, Socorro corta con un afilado cuchillo la cabeza, la cola y despelleja una iguana para venderla a un cliente. La crianza y consumo del reptil tropical es la singular propuesta de Nicaragua frente a la escasez de alimentos por la sequía.
Con dos canastas repletas de iguanas vivas sobre una mesa en su puesto del populoso Mercado Oriental de Managua, Socorro Gutiérrez, una corpulenta trigueña de 55 años, explica con amabilidad: "Esta carne la ocupan mucho para la anemia y cuando la persona está desnutrida".
Cientos de iguanas verdes y garrobos (parecido pero más oscuro) son vendidas en los mercados por entre dos y ocho dólares cada una, según el tamaño, para hacerlas en sopas o guisos.
"Aquí me la dan bien peladita. En la casa le doy una lavadita más, le echo agua, tomate y cebolla", dice entre el bullicio del mercado Silvio Flores, mientras Socorro le alista la iguana que comerá su familia en el almuerzo al día siguiente.
En Nicaragua, el consumo de iguanas y garrobos es una tradición culinaria que ha puesto en peligro a estos reptiles de piel escamosa de la familia 'iguanidae'.
No obstante, ahora el gobierno instó a criarlos en casa como alimento alternativo, ante los daños causados por la sequía, la más feroz que ha enfrentado en los últimos 32 años Nicaragua, donde el 45 por ciento de sus seis millones de habitantes son pobres.
La singular propuesta da cuentas de la gravedad de la sequía: Más de 2 mil 500 reses murieron y se perdió gran parte de la cosecha de granos básicos en 108 de los 153 municipios, lo que ha provocado una escasez de alimentos, sobre todo en el campo.
Disparate o solución
A la iniciativa le salieron defensores y detractores. "Es un disparate", estimó el presidente de la Fundación Amarte -de protección de animales-, Enrique Rimbaud, quien precisó que el período de apareo de este año ya pasó y la reproducción doméstica necesita al menos dos años para que rinda frutos.
"Paliar la falta de un recurso dándole a otro (afectándolo) no es la solución, sino diversificar la producción", declaró el biólogo Fabio Buitrago.
Otros expertos aseguran que la carne de iguana tiene más proteínas y minerales que la de pollo, res, cerdo y conejo, por lo que es una buena alternativa alimenticia para los nicaragüenses.
Entre la gente también hay opiniones encontradas.
"Sería bueno ahora que la sequía está matando todas las reses", piensa Danilo Venegas, un cuidador de carros.
Para Claudia Quintero, ama de casa de 60 años, la crianza de iguanas es una posibilidad. "De verdad estamos mal con la sequía, pero no tengo idea de cómo crecen esos animales, si son ariscos".
"No es viable porque deben tener un cuido especial", consideró la profesora Asunción Ortiz.
Poderes curativos
Muchos nicaragüenses atribuyen a la iguana enormes beneficios medicinales, pero según Incer y Rimbaud no existen estudios que lo comprueben.
Mientras destaza una iguana y limpia de la mesa los rastros de sangre, Socorro enumera los poderes curativos que la gente atribuye a la carne de iguana: beneficia el sistema inmunológico, contrarresta la anemia, la desnutrición y la leucemia, alivia las náuseas de las embarazadas y hasta malestares provocados por la quimioterapia en enfermos de cáncer.
La piel de los reptiles, portadora de ácaros, Socorro la vende a los artesanos de botas, aros y fajas de la folclórica ciudad de Masaya (sur). Las cabezas las reserva para darlas a quienes no pueden comprar el animal entero.
En Nicaragua, las iguanas, un excelente trepador de árboles de entre 50 centímetros y un metro, son cazadas principalmente en los departamentos de Chinandega y León (noroeste).
Según Rimbaud, Nicaragua exporta unas 25 mil iguanas como mascotas al año a Estados Unidos, México y Europa, ya que el valor medicinal que le atribuyen, dice, es una "superstición".