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Tendencias globales

Los mítines del futuro

Antoni Gutiérrez-Rubí

Distrito Federal (14 febrero 2016) .-00:00 hrs

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La política es ideas, acciones y, también, emociones y relaciones. Las experiencias personales, las interacciones políticas logran de nosotros emociones. Sin éstas, la efectividad de los mensajes es limitada.

Pensamos lo que sentimos. Nos movemos por necesidad y, también, por motivación y estimulación. Los partidos políticos y los candidatos lo entienden cada vez más y lo ponen en práctica, especialmente en mítines. Buscan crear nuevas experiencias que impacten y permanezcan en la memoria y, a la vez, lograr que ese mismo impacto, experiencia y emoción nos invite a compartirlo en redes sociales, o que sean los medios de comunicación los que, rápidamente, lo expliquen en sus artículos y contenidos. Algunos ejemplos:

Hologramas
En 2014, en Izimir, Turquía, durante un mitin de campaña del partido gobernante turco, y en medio del delirio de sus partidarios, la figura del primer ministro Recep Tayyip Erdogan se desplegó en medio de un griterío. La presentación del holograma de Erdogan sirvió para obtener los gritos enfervorizados de sus militantes, pero también para demostrar que no era necesario que el político estuviera físicamente en el lugar para poder estar presente. El hecho fue explicado por la mayoría de diarios de todo el mundo. Sin embargo, no era la primera vez que se utilizaba este recurso. En 2012, el político indio Narendra Modi usó el holograma como parte de su campaña, difundiendo 26 hologramas de sí mismo en distintos escenarios del estado de Gujarat. Las posibilidades de los hologramas en mítines son una realidad a tener en cuenta, a pesar de su alto precio.

Monólogo humorístico
El Club de la Comedia, programa televisivo muy popular en España y con versiones en otros países, es un formato de televisión del género stand up comedy, en el que monologuistas profesionales y actores invitados se enfrentan al público en directo con un monólogo de entre 8 y 10 minutos de duración. En la campaña electoral española de diciembre de 2015, un candidato de Podemos, David Bravo, subió al atril y su discurso fue más propio de ese programa que de un mitin. El video de su discurso fue difundido exponencialmente en redes sociales. El humor genera viralidad y, por tanto, mayor difusión del mensaje.

Drones
La toma de imágenes diferentes y que engloben al público son una buena manera de mantenerlos expectantes. En 2011, el Partido Popular de la Comunidad Valenciana usó un dron en campaña. Depende mucho de las leyes de cada país y ciudad, en relación al uso de drones en espacio público, saber si se usarán o no en futuros mítines. Pero, si se puede, la presencia de pantallas-macro y de las imágenes de los espectadores convierten al escenario en todo un plató, y al propio mitin en un programa de televisión donde la gente se siente protagonista y partícipe.

Selfies
Se buscan imágenes para que la gente interactúe y las comparta en redes sociales. Es un formato excelente para que el contenido sea difundido en redes sociales al momento. Los candidatos se acercan a cualquier teléfono que vean. Saben que la difusión será instantánea.

Todas estas innovaciones buscan hacer memorable y emocionante la participación de los simpatizantes y activistas de los partidos. "Yo estuve allí", es el objetivo. Se trata de una comunicación immersiva (que te envuelve), emotiva (que te conmueve) y participativa (que te moviliza).

Los mítines en los que los participantes son público, figurantes o masas se acaban. El futuro es el de las experiencias inolvidables que movilizan y en las que quien participa no es un público pasivo, sino protagonista activo del hecho político.

Los mítines del futuro son la punta de lanza de la política del futuro: la que emociona y moviliza.
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Twitter: @antonigr