NACIONAL
Asciende Sedena a ex mando en Iguala
Benito Jiménez
(20 noviembre 2015) .-00:00 hrs
El ex comandante del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, Guerrero, José Rodríguez Pérez, señalado por los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos de no intervenir en el secuestro de los estudiantes, fue ascendido a General Brigadier.
El hasta ayer Coronel de Infantería fue removido de su cargo en julio pasado del 27 Batallón en sustitución del Coronel Álvaro Javier Juárez Vázquez.
La noche del 26 de septiembre de 2014 ese Batallón, a cargo de Rodríguez Pérez, no participó en los hechos violentos en los que fueron plagiados 43 normalistas por agentes locales, hecho calificado como omisión por parte de los padres de los jóvenes.
Criticaron que soldados de esa unidad militar y de los elementos de la Policía Federal que estaban destacamentados tuvieron conocimiento de los hechos de la noche del viernes 26 de septiembre y la madrugada del sábado 27, durante los cuales desaparecieron los normalistas.
De acuerdo con testimonios de familiares y sobrevivientes de los hechos de Ayotzinapa, un grupo de 25 estudiantes que huían de la represión de policías en Iguala se refugiaron en el Hospital Cristina, con tres heridos. Ahí, personal militar se presentó en el nosocomio.
Según su versión, los militares les impidieron hacer llamadas y les tomaron fotografías.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó que en todo el trayecto de los normalistas, desde su salida de Chilpancingo hasta las agresiones y su llegada a los hospitales, fue vigilado y monitoreado en tiempo real por la Policía Federal, el 27 Batallón de Infantería del Ejército, así como por las Policías estatal, municipal y ministerial.
Tras los hechos Amnistía Internacional (AI) México pidió investigar la responsabilidad del Ejército en los hechos.
El GIEI ha insistido en entrevistar de forma directa a los miembros del 27 Batallón de Infantería del Ejército mexicano, incluido su ex comandante, quienes pudieron haber desempeñado un papel de suma relevancia en los acontecimientos de esa noche.
Juan Manuel Rico Gámez, ex comandante del Ejército en Guerrero fue ascendido a General de División máximo grado alcanzado en la carrera de las Armas.
El ex jefe de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, asumió ese cargo del 16 de enero de 2012 a junio de 2014 y fue sustituido por el General Alejandro Saavedra.
Durante su gestión al frente de esa comandancia Rico Gámez coordinó sus operaciones con el Gobierno de Ángel Aguirre, sin mayores frutos, dadas los altos niveles de violencia y el incremento de tasas de homicidios dolosos, secuestros y cobros de piso que azotan a la entidad.
En 2012 su nombre figuró en una averiguación previa de la PGR en el caso de por presuntos vínculos con el crimen organizado.
El hasta ayer Coronel de Infantería fue removido de su cargo en julio pasado del 27 Batallón en sustitución del Coronel Álvaro Javier Juárez Vázquez.
La noche del 26 de septiembre de 2014 ese Batallón, a cargo de Rodríguez Pérez, no participó en los hechos violentos en los que fueron plagiados 43 normalistas por agentes locales, hecho calificado como omisión por parte de los padres de los jóvenes.
Criticaron que soldados de esa unidad militar y de los elementos de la Policía Federal que estaban destacamentados tuvieron conocimiento de los hechos de la noche del viernes 26 de septiembre y la madrugada del sábado 27, durante los cuales desaparecieron los normalistas.
De acuerdo con testimonios de familiares y sobrevivientes de los hechos de Ayotzinapa, un grupo de 25 estudiantes que huían de la represión de policías en Iguala se refugiaron en el Hospital Cristina, con tres heridos. Ahí, personal militar se presentó en el nosocomio.
Según su versión, los militares les impidieron hacer llamadas y les tomaron fotografías.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó que en todo el trayecto de los normalistas, desde su salida de Chilpancingo hasta las agresiones y su llegada a los hospitales, fue vigilado y monitoreado en tiempo real por la Policía Federal, el 27 Batallón de Infantería del Ejército, así como por las Policías estatal, municipal y ministerial.
Tras los hechos Amnistía Internacional (AI) México pidió investigar la responsabilidad del Ejército en los hechos.
El GIEI ha insistido en entrevistar de forma directa a los miembros del 27 Batallón de Infantería del Ejército mexicano, incluido su ex comandante, quienes pudieron haber desempeñado un papel de suma relevancia en los acontecimientos de esa noche.
Otro reconocimiento
Juan Manuel Rico Gámez, ex comandante del Ejército en Guerrero fue ascendido a General de División máximo grado alcanzado en la carrera de las Armas.
El ex jefe de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, asumió ese cargo del 16 de enero de 2012 a junio de 2014 y fue sustituido por el General Alejandro Saavedra.
Durante su gestión al frente de esa comandancia Rico Gámez coordinó sus operaciones con el Gobierno de Ángel Aguirre, sin mayores frutos, dadas los altos niveles de violencia y el incremento de tasas de homicidios dolosos, secuestros y cobros de piso que azotan a la entidad.
En 2012 su nombre figuró en una averiguación previa de la PGR en el caso de por presuntos vínculos con el crimen organizado.
