La Iglesia y el Estado vivieron en amistoso concordato durante el régimen de don Porfirio. Bien conocía él la gran influencia que los curas tenían sobre las conciencias. Esa influencia no sufrió mengua alguna ni siquiera durante las más terribles épocas de la hostilidad liberal. Murieron Gómez Farías y Juárez, se fue Lerdo, los tres grandes jacobinos comecuras, pero el clero siguió indemne, con todo su poder aunque le hubiera quitado el gobierno sus mejores fincas.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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