Ser tirano es una vocación azarosa, si no nos creen, basta con preguntarles a Saddam Hussein o a Muammar Gaddafi... y ahora también a Vladimir Putin, el admirado amigo de la 4T, a cuyo Embajador en México -recordemos- lo recibieron con honores en la Cámara de Diputados, recién invadieron los rusos Ucrania.