NACIONAL
Iris Velázquez
Cd. de México (24 agosto 2020) .-15:38 hrs
Barbara Peña, maestra de kínder Tonalí ubicado en la Alcaldía de Tláhuac Crédito: Especial
Frente a pantallas de televisión, computadoras, tabletas o teléfonos, 30 millones de estudiantes de educación básica iniciaron este 24 de agosto su ciclo escolar en medio de la pandemia de Covid-19.
Las alarmas volvieron a sonar temprano este lunes. En la CDMX, Santiago Cruz inició su segundo año de kínder.
Inició su clase con activación física y siguió la presentación con sus compañeros y la maestra con quienes trabajará a través de una plataforma para videollamadas.
Hubo casas con más de un estudiante, como la de Sandra Sibaja y sus cuatro hijos. Ariadna inicia cuarto de primaria y las gemelas Sofía y Ximena entraron a preprimaria.
Ángel, el hermano mayor, cursa tercero de secundaria y se dividen entre la televisión y la computadora que tienen en casa.
En Xochimilco, Ángel Rosas inició sus clases virtuales en el comedor, mientras su mamá cocina. Ambos consideran que hay varios distractores y están en desacuerdo con esta alternativa educativa.
En el Mercado de la Lagunilla Comestibles, Erik Damián Rodríguez tuvo su primer día de educación primaria en el puesto de verduras de su familia.
Su mamá le tenía preparado un espacio con la televisión para que pudiera estudiar en las mejores condiciones posibles sus nuevas clases de primero de primaria.
Claudia Ramírez es madre soltera y llevó a sus hijos con ella al trabajo, ya que no tiene con quién dejarlos. Los pequeños pueden tomar las clases gracias a las tabletas que les regalaron sus abuelos.
También en el Centro Histórico de la CDMX, a cuatro calles de Palacio Nacional, Berenice llevó a sus hijas al local donde trabaja vendiendo uniformes escolares.
Sin embargo, ellas no iniciarán sus clases estos días por falta de recursos, pues les cortaron la luz y la venta ha sido tan baja que no cree poder reinstalarla pronto; apenas alcanza para comer.
La realidad de otras madres trabajadoras es la de Karina Rosales, quien se dedica a vender comida para llevar. Mientras labora en la cocina, la habitación de al lado hace de aula.
Ahí tomaron clases este lunes sus dos hijas y su sobrina, a quien también cuida en estos días.
Aunque están frente a un televisor, hay pequeños estudiantes que quieren volver a participar, como esta niña en su primer día de clases, en Tabasco.
Otros, como Santiago Pacheco, de 11 años, arrancaron el ciclo escolar frente a pantallas más pequeñas, de teléfonos celulares.
También fue necesario improvisar con los muebles que se tienen en los hogares para tratar de habilitar el espacio más útil y cómodo posible para que las y los niños retomaran hoy sus estudios.
Sin luz propia, Amelia espera los horarios de la tarde para su hija de primero de secundaria ya que esta mañana no había clases de acorde a su grado, en la colonia Lomas de Santa Cruz, Oaxaca.