La propia elección del término "austeridad" apunta al castigo corporal o a la contención
Tras la Gran Recesión del 2007-2008, un fantasma recorrió el mundo: el de la austeridad. Endeudados, vapuleados y con altísimas cifras de desempleo, los países más afectados, como España o Grecia, fueron obligados a realizar brutales recortes en sus aparatos estatales con la esperanza de disminuir la carga burocrática y emprender un camino hacia el crecimiento y la recuperación. No era, por supuesto, la primera vez que el modelo neoliberal se empeñaba en reducir al Estado -su lema siempre fue: "el Estado es el problema"-, pero sí una de sus acciones más drásticas. Con la lejana inspiración de Reagan y Thatcher, o de Hayek y Friedman, los organismos financieros internacionales presionaron a estas tambaleantes economías para forzarlas a aplicar medidas draconianas sin tomar en cuenta sus consecuencias sociales.
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(México, 1968). Es autor de la novelas En busca de Klingsor, El fin de la locura, No será la Tierra, El jardín devastado, Oscuro bosque oscuro y La tejedora de sombras. Y de ensayos como Mentiras contagiosas, El insomnio de Bolívar y Leer la mente. En 2009 obtuvo el Premio José Donoso de Chile por el conjunto de su obra. Sus libros han sido traducidos a 25 idiomas. En 2014 se publicará su novela Memorial del engaño.