Para el mexicano, el futbol siempre ha sido una cuestión que involucra más que un juego y una pasión. Esa es la única explicación posible al escándalo que siempre antecede a la posibilidad de que un futbolista no nacido en México se vista con la camiseta verde -o la negra o la fucsia, o la que sea- y represente al futbol del País.