En septiembre de 1809 estaba Iturbide en la cumbre su buena fortuna y de la felicidad. Joven (tenía entonces 26 años), gallardo y rico, la vida se le abría como una cornucopia llena de promesas. En aquel entonces, como dice la romanza de la "Luisa Fernanda", Iturbide volaba como un mísero pardal, pero ya sus alas ambicionaban vuelo de águila caudal. Podía decir también lo que aquel "caballero del alto plumero", que proclamaba con fachendosa jactancia juvenil: "Con la fortuna me he desposado. ¡Buena compañía para ser soldado!".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.