Las sucesivas derrotas de Valladolid y Puruarán, y el tremendo golpe que fue la muerte de Matamoros, pusieron entre los insurgentes discordia y desunión. El Congreso, perseguido con empecinada terquedad por Calleja y sus jefes, andaba a salto de mata, temerosos sus miembros cada día de ser muertos o apresados. A veces, alcanzados por alguna fuerza realista, tenían que huir con tal celeridad que ni alimentos podían llevar consigo. Hubo una semana en que los infelices diputados, depositarios del supremo poder de la Nación Americana, no tuvieron otra cosa que comer más que totopos, es decir, tortillas secadas al fuego.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.