No sé si don Rómulo Díaz de la Vega sentía afición por la cocina. No lo creo: las actividades culinarias son quehacer impropio de soldados, y él lo era, con el grado de general. En todo caso creo que si don Rómulo hubiera hecho alguna vez una capirotada le habría salido muy bien. Porque eso exactamente fue lo que hizo cuando formó la comisión que se encargaría de designar al nuevo presidente de la República: una capirotada.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.