Durante los años más tensos de la Administración de George W. Bush la broma que hacían los estudiantes más críticos de Estados Unidos era que en ese país no había golpes de Estado porque no había Embajada americana, aludiendo al apoyo que recibió Augusto Pinochet de parte de Henry Kissinger en 1973 para derrocar a Salvador Allende, en Chile.
Lic. en Estudios Internacionales por la Universidad de Monterrey. Maestría en Estudios Diplomáticos por el Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos. Doctorado en Conflicto Político y Procesos de Pacificación por la Universidad Complutense de Madrid. Profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Escuela de Ciencias Sociales del Tec de Monterrey, Campus Monterrey. Es editorialista del Grupo REFORMA.