El 18 de junio de 1815, mientras en la llanura de Waterloo combatía el ejército de Napoleón contra la fuerza que levantaron sus enemigos aliados, dos hombres oteaban el horizonte desde sendas colinas. Uno era el mismo Napoleón. Esperaba con ansiedad la llegada de Grouchy, cuya caballería podía salvarlo de la derrota. El otro era Wellington. Este aguardaba al general Bluecher, que con sus tropas lo ayudaría a aniquilar definitivamente al corso. Se tejieron los hilos del destino. Por una combinación de azares llegó primero Bluecher y con eso cayó abatida el águila napoleónica.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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