OPINIÓN

Día del Amor

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN EL NORTE

3 MIN 30 SEG

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El escritor Pipo Lanarts se convenció de que carecía por completo de talento creativo. Decidió entonces hacerse crítico de arte. Su vida personal no estaba exenta de cuestiones críticas. Una tarde llegó a su casa en hora inusitada y encontró a su mujer en el preciso instante en que llevaba a cabo con un desconocido el acto que el escritor inglés Anthony Burgess designaba con el nombre de the old in and out. Sumamente mortificado declaró Lanarts: "Esto no me gusta nada". Volvió la mirada el follador -la ilícita pareja se hallaba en la tradicional, ortodoxa y poco imaginativa posición del misionero- y replicó: "Tiene usted razón, señor. Visto desde afuera este acto no presenta ningún ángulo estético". (Los teólogos de la Edad Media llamaban a la cópula humana "la bestia de las dos espaldas")... En otro tiempo la ocasión que hoy se celebra era llamada "Día de los Novios". El nombre correspondía al festejo original, el de San Valentín, que coincidía, según creencia popular, con el inicio de la temporada en que los pajaritos y las pajaritas empezaban a hacer más pajaritos. Luego, por motivos estrictamente de dinero -igual que en la política y algunas prácticas religiosas-, el Día de los Novios pasó a ser Día del Amor y la Amistad, denominación que abarcaba más clientela. Quizá al paso del tiempo se añadirán a la amistad y el amor el afecto, la estimación, el aprecio, el cariño, la simpatía, y otros sentimientos similares que lleven igualmente a la compra de regalos. Por mi parte deseo que las parejas celebren el día del amor en la mejor forma en que celebrarlo pueden: haciéndolo, y que en homenaje a la amistad quienes tengan la fortuna de gozarla recuerden hoy que los amigos son hermanos que no nos da la naturaleza: nos los da el corazón... Relataré ahora algunos cuentecillos de ligero humor que sirvan de contrapeso al importuno lirismo de estos últimos renglones, los cuales ni siquiera la fecha alcanza a justificar... Tetonina Grandpompier, vedette de moda, fue a vacunarse. Le pidió al enfermero: "Póngame la vacuna donde no se me vaya a ver cuando actúo". Replicó el empleado: "Entonces tendré que darle la vacuna oral"... Don Inepcio y doña Frustránea iban a cumplir 25 años de casados. Le preguntó él: "¿Te gustaría una segunda luna de miel?". "¡Claro que sí! -respondió ella entusiasmada-. ¿Con quién?"... Don Abundio, el del Potrero, dice: "El vino hay que saber mearlo". No poseía esa ciencia Empédocles Etílez. Una noche llegó a su casa en horas de la madrugada y cayéndose de borracho. En la oscuridad de la alcoba procedió a desvestirse y se metió en la cama. Lo sintió su esposa y le preguntó adormilada: "¿Eres tú, Empédocles?". Replicó el temulento: "Si no soy yo vas a ver la que se va a armar"... En el cementerio un individuo lloraba desconsoladamente abrazado a una tumba. Gemía lleno de aflicción: "¿Por qué te fuiste, Antulfo? ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste?". Una mujer se condolió al ver la inmensa pena del señor, y le preguntó al encargado del panteón: "Ese pobre hombre ¿llora la muerte de su mejor amigo?". "No -replicó el otro-. Llora la muerte del primer marido de su esposa"... La mamá de Pepito dio a luz. Su hija más pequeña le preguntó: "Mami: ¿a dónde se fue la cigüeña después de traerte al bebé?". Pepito se adelantó a contestar: "Se metió en el pantalón de mi papá"... Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, dijo ante sus compañeros de copa en el Bar Ahúnda: "Encontré la forma de hacer que mi esposa grite en el momento del amor". Preguntó uno, interesado: "¿Cómo le haces?". Explicó el ruin sujeto: "La llamo por el celular y le digo con quién lo estoy haciendo"... FIN.