Qué complicado cuando tu planteamiento y esquema de partido tenga que cambiar abruptamente al minuto cinco como sucedió ayer al Monterrey y más difícil aún cuando enfrentabas a un Mazatlán dirigido por un técnico que traía bastante claro lo que iba a plantear, la manera como iba a anular a hombres claves y de cómo apretar para entorpecer la generación de juego.