En el Museo Nacional estaban, una al lado de la otra, las dos carrozas: la de Juárez y la de Maximiliano. La primera era luctuosa y austera; la del emperador era dorada, esplendorosa. Representaba el carruaje de don Benito la austeridad republicana; la carroza de Maximilano era la imagen del boato y el esplendor que acompaña a las cortes imperiales. Prevaleció el símbolo de Juárez, el signo de los nuevos tiempos, y la carroza del príncipe de Habsburgo quedó como algo perteneciente a un cuento de hadas con final de tragedia griega.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.