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El día que la ópera tocó Tierra Caliente

Erika P. Bucio

Arcelia, Guerrero (18 agosto 2014) .-00:00 hrs

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Don Narciso llegó al Centro Cultural El Tecolote con otros cinco campesinos de Nuevo León, comunidad de la parte alta del Municipio de Arcelia, Guerrero, para el estreno de la primera ópera contemporánea en náhuatl: Xochicuicatl cuecuechtli (Canto florido de travesuras).

Allá en su comunidad, donde se siembra maíz y frijol, de sólo 45 familias, no hay ni parques.

"Me gustó, nunca había visto algo así", aplaude Narciso cuando acaba la función. Junto a él está Esteban Moreno, un campesino que aprendió a tocar la trompeta de oído y que apenas recuerda unas cuantas palabras en náhuatl. "Los jóvenes ya no lo quieren aprender, les da vergüenza", dice.

Este domingo El Tecolote luce atiborrado. El calor es sofocante dentro del teatro. Pero en abril o mayo alcanza hasta 48 grados centígrados. Es Tierra Caliente.

Por su propio pie, o en transportes organizados, llegaron unos 300 pobladores de comunidades como Guerrerito, Ixcatepec y de las colonias más pobres de Arcelia.

Bernardo y su esposa llegaron de la Colonia Emiliano Zapata con sus dos hijos. Pasear en familia un domingo es un lujo para un chofer que gana 60 pesos por viaje para descargar arena, y estos días el trabajo escasea. No atinan a decir qué vieron, pero igual aplaudieron. Y se quedaron a comer la carne con chile, frijoles y arroz rojo con mezcal y agua de pepino que el Tecolote sirvió a la gente de las comunidades.

Nunca en Guerrero se había estrenado una ópera, y menos en una lengua indígena.

Tenía que ser en un teatro levantado con hojas de mazorca, muros de acahual y techos de costales de chiles donde se presentara esta ópera escrita en náhuatl clásico por Gabriel Pareyón.

Abril Mondragón es la única del elenco que es originaria de Arcelia. En El Tecolote, a los 14 años, empezó a hacer teatro comunitario. "Siempre ha sido mi camino hacer proyectos que tengan que ver con mis orígenes. Haber estrenado el proyecto de mi vida aquí ha sido un gran regalo de la vida", dice la joven de 24 años que interpreta a una ahuiani, una mujer hermosa con la virtud de alegrar.

El Tecolote se alza en las orillas de Arcelia, casi escondido, pero cualquiera sabe donde está. Josafat Nava, su fundador y director, lo levantó aquí hace 20 años. Es su homenaje a la comunidad que lo acogió hace 35 años como maestro de teatro.

"El Tecolote es para mí el arte de enseñar. El lugar donde la sociedad arcelense puede recrear el espíritu y contribuir a la paz social", dice el versador con sombrero calentano, camisa de manta y huaraches.

Al Tecolote, cuenta, lo visitaba Juan Reynoso, uno de los máximos exponentes del son calentano. Una fotografía del violinista cuelga en el altar levantado a San Isidro Labrador, patrón de la localidad, a la entrada del centro cultural.

Es tierra de ganaderos y son famosos sus petates. De las minas, se extrae mercurio.

"Nos dicen que somos ricos y somos bien pobres", dice don Custodio, cronista de Arcelia de 86 años.

Antes del sexenio de Adolfo López Mateos vivían en el abandono, dice, pero fue entonces que se hicieron las carreteras que hoy conducen hasta esa localidad que está en el mapa del crimen organizado, a la que el Gobierno de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos no viajar por el riesgo de un secuestro.

La noche del sábado hubo una primera función para los arcelenses que frecuentan El Tecolote. Ocuparon las 280 sillas disponibles del teatro para el estreno de esta obra que recupera cantos eróticos en náhuatl y sólo utiliza instrumentos prehispánicos.

"Hice como 30 llamadas a amigos de los pueblos para que vinieran", decía doña Reyna Pérez, una maestra de 92 años que canta y toca la guitarra con la rondalla de jubilados.

Pero, en realidad, hizo mucho más que unas cuantas llamadas. Se encargó de conseguir comida para el fandango que siguió al estreno, animado con la danza de tabla, el son calentano de Los nietos de Don Juan y mezcal de la sierra.

Josafat Nava anunciaría al final de la función, con apoyo de la Secretaria de Cultura de Guerrero, que pronto el Tecolote enseñará náhuatl.

Para el estreno en la Ciudad de México habrá que esperar hasta el 6 de septiembre, cuando se presente en el Teatro de las Artes del Cenart.