¿Ser o no ser? Eso es algo que se debería estar cuestionando Emma, ese café-restaurante que se atrevió a crecer a un nuevo y flamante localote en el tercer piso de la plaza que tenía al lado (Plaza Maranta de Calzada del Valle y Grijalva), supongo que para dar un salto cuántico hacia la fama, pero resulta que a las 10 de la mañana ya no tenían salsas para los chilaquiles, ni para los huevos, ni para nada. De ninguna, así me dijo la encargada.