OPINIÓN

El mandato de la ciudadanía

COLABORADOR INVITADO / Martha Tagle EN EL NORTE

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En marzo pasado, en este mismo espacio, escribí sobre la reforma constitucional aprobada en la Cámara de Diputados en materia de Consulta Popular y Revocación de Mandato, y advertía que debía ser revisada y corregida en el Senado, pues se había diseñado desde la óptica del control político, distaba mucho de ser un mecanismo de participación ciudadana, y abría temores fundados de que pudiera ser una figura que, además de servir de mecanismo de propaganda en las elecciones intermedias para influir en la conformación de la Cámara de Diputados, también podía prestarse a una consulta que permitiera la permanencia del titular del Ejecutivo más allá del período para el cual fue electo, situaciones como la consulta ilegal sobre la Ley Bonilla reforzaban esos temores.