El ocaso de uno es el amanecer de otro

La fría noche de Paris es, apenas, iluminada y también contaminada por las bengalas de la "Collectif Ultra" que ocupa, como siempre, la cabecera norte -el Auteuil- del Parque de los Príncipes. Los cantos y los vítores han cambiado bruscamente de dirección y de sentido. Lionel Messi abandona la cancha con una tenue sonrisa, mientras Kylian Mbappé lo hace aplaudiendo y agradeciendo las caricias de los aficionados...