Lo cierto es que la Iglesia se hallaba sumamente preocupada por el cariz que el asunto iba tomando. Desde el principio del conflicto estaban divididos los jerarcas. Algunos, radicales, soñaban con recuperar los fueros y privilegios eclesiales. Pensaban que se debía -y se podía- volver a los tiempos anteriores a las inicuas Leyes de Reforma. Era un contrasentido, señalaban, que siendo México un país católico la Iglesia Católica estuviera tan humillada y ofendida. Había que implantar la soberanía de Cristo Rey. Esta soberanía no era una metáfora: tales jerarcas pretendían el establecimiento en México de un poder temporal real en manos de la Iglesia.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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