Empleado de AMLO
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN EL NORTE
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En una conferencia a la que se invitó a sí mismo, Paco Ignacio Taibo II habló de mí en forma ofensiva, que es como suele hablar de todo aquel que critica a su señor, el Presidente López. Al referirse a mi persona dijo: "He oído pensamientos conservadores de un tipo como Catón, que anda ahí escondido en los editoriales de REFORMA dedicado al bombardeo de la 4T". ¿Escondido? Se equivoca. Mal lugar para esconderse sería este periódico, que llega a cientos de miles de lectores cada día. En otros muchos periódicos escribo, de toda la República, y en ellos, y en las conferencias que imparto a todo lo largo y ancho del País, doy la cara, a pesar de los riesgos que en la actualidad conlleva el ejercicio del periodismo independiente, y señalo con claridad y sin reservas los yerros, abusos e ilegalidades del régimen al cual sirve en forma incondicional el señor Taibo. Él, a juicio de muchos, ha degradado el buen nombre del Fondo de Cultura Económica, otrora dirigido por ilustres personajes alejados de obsoletos dogmatismos ideológicos y abiertos a todas las corrientes del pensamiento. Me tacha Taibo II de conservador, uno de los sonsonetes de su patrón. Lejos estoy de serlo. Conservador el propio Taibo, anclado en doctrinas ya caducas. Por el contrario, el relato de la historia mexicana que en mis libros hago se aparta radicalmente de la versión oficialista, tradicional y gobiernista de la historiografía nacional, versión favorable al interés de los Estados Unidos, enemiga del hispanismo y fincada en un nacionalismo ramplón y chabacano. Extrañamente, pese a su origen personal y a su rancio izquierdismo, Taibo II se adhiere a esa narrativa pro yanqui y antiespañola que nos fue impuesta en los textos escolares del pasado. Conservadores son los que mantienen dicha versión, maniquea, mentirosa y deformada de nuestra historia. ¿Que bombardeo a la 4T? Me halaga que Taibo piense que mis artículos son una bomba. Si hacer la crítica de ese régimen es bombardearlo, seguiré el bombardeo, pues considero, al igual que los incontables mexicanos y mexicanas que marcharon este pasado domingo, que la mal llamada Cuarta Transformación ha hecho y sigue haciendo grave daño a México. Únicamente lo niegan quienes viven de ella y medran a su sombra. Dice Taibo II que dije: "No se puede ignorar que Porfirio Díaz modernizó este País". Quizá no lo escribí con esas palabras, pero reafirmo cada una de ellas. Pregunta el mismo Taibo "Este güey ¿dónde leyó la historia?". Abstracción hecha del calificativo, la leí en documentos y testimonios de la época, los cuales prueban lo innegable: que Díaz pacificó a una nación que luego de muchos años de continuas guerras y asonadas conoció al fin los beneficios de la paz, del progreso y de la modernidad. En ese tiempo, México gozó de prestigio internacional, a diferencia de lo que en la actualidad sucede. Los errores de don Porfirio, gravísimos algunos, fueron propios de su tiempo; sus aciertos fueron los de un mexicano excepcional que prefirió dejar su cargo antes que ver a México bañado en sangre, pues él se había enemistado con los norteamericanos y supo que éstos apoyarían al movimiento en su contra. Tuvo entonces el supremo patriotismo de la renunciación, mérito que no le ha reconocido aquella falsa versión de nuestra historia, y marchó a un destierro digno. Ciertamente modernizó a México, aunque lo desconozcan quienes forman parte del grupo que está haciendo que nuestro País dé la espalda a la modernidad en todos los órdenes, sobre todo en lo político y lo económico. En fin, le agradezco a Taibo II sus vilipendios. Espero que a los denuestos que esta vez me dedicó añada otros. Es un honor ser injuriado por un empleado de López Obrador... FIN.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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