Rico marquesado fue el de San Miguel de Aguayo, en tiempos de la mal llamada Colonia mexicana. Se fundó con tierras que originalmente se allegó don Francisco de Urdiñola. Como en la descendencia de este señor no hubo varones, fueron hembras quienes detentaron el poder en esa vastísima heredad. Casaban todas con señores venidos de la España, pero ellas eran las dueñas de la fortuna, y ellos pobres hidalgos que las obedecían en todo. Tal situación dio origen a un travieso dicharacho: "En casa de San Miguel, el marqués es ella, la marquesa él".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.