A las 4 y media de la mañana del 9 de agosto de 1855 un carruaje atravesó las calles de la ciudad de México. Cincuenta lanceros de a caballo le daban escolta. En la penumbra silenciosa de la madrugada el carruaje tomó el camino de Puebla, que era el mismo que conducía a Veracruz. En su interior, reclinado en muelles cojines, iba el presidente de la República, Su Alteza Serenísima don Antonio López de Santa Anna. Nadie lo sabía aún, pero Santa Anna estaba huyendo. Abandonaba la capital. Abandonaba la presidencia. Abandonaba el país.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.