OPINIÓN

Esposos y amantes

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Cuando Carlota hizo su viaje a Yucatán dejó tras de sí una gran preocupación: Maximiliano. Advertía la emperatriz que su esposo había cambiado: ya era más mexicano que austriaco. Las costumbres de México gustaron tanto al emperador que las adoptó. Y eso, a juicio de Carlota, era un peligro para su gobierno. Mientras navegaba de Veracruz a Sisal, mientras recorría los caminos de la península, pensaba en lo que estaría haciendo su marido ahora que no la tenía cerca.