Muy bien se puede decir que Carlota perdió la razón porque tenía mucha. Era mujer de ideas, y seguramente la asaltó el pensamiento de que la muerte de su esposo se debió en buena parte al hecho de que ella lo hizo abandonar su propósito de abdicar. Se equivoca quien ve en Carlota a la frívola emperatriz preocupada sólo por los bailes y fiestas de la corte. Podía gobernar tanto como su marido. Fue a Europa no como una esposa suplicante, sino como una recia mujer que sabía de política, capaz de cumplir una importante misión de diplomacia.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.