Físicamente tienen mucho en común: el pelo rubio peinado de forma peculiar, la altura, la figura robusta, la ropa que queda grande y desaliñada, la actitud excéntrica y el gusto del poder por el poder que intentaron preservar a base de populismo, escasos escrúpulos y una montaña de mentiras. Boris Johnson y Donald Trump son como dos gruesas gotas de agua a cada lado del Atlántico, pese a la edad y otras obvias diferencias.
Lic. en Estudios Internacionales por la Universidad de Monterrey. Maestría en Estudios Diplomáticos por el Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos. Doctorado en Conflicto Político y Procesos de Pacificación por la Universidad Complutense de Madrid. Profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Escuela de Ciencias Sociales del Tec de Monterrey, Campus Monterrey. Es editorialista del Grupo REFORMA.