Las últimas semanas he escuchado a padres, decenas de veces, definir a sus hijos con la palabra "pobrecitos". "Es que, pobrecito, no lo puede hacer porque no ha visto a sus amigos, no ha salido de casa, está aburrido", ... etcétera.
Se graduó de la Licenciatura en Educación y Maestría en Desarrollo Organizacional por la UdeM. Tiene Maestría en Psicopedagogía Clínica, un Doctorado en Educación y estudios postdoctorales de la Universidad del Norte de Texas. Autor de 23 libros sobre familia y pareja, imparte conferencias sobre el tema. Actualmente es maestro titular de las carreras de Educación y Psicopedagogía en licenciatura y maestría en la UdeM, donde ha trabajado por más de 35 años.