Queso Cotija. Las serranías de la región de Jalmich -territorio compartido por los estados de Jalisco y Michoacán-, trazaron la circunferencia de gran formato de este queso de lluvia y sal. Crédito: Canva
Pastas hiladas. De Armenia a Medio Oriente y África, sus finas hebras tejen puentes culinarios entre la quesería mexicana y otras culturas ancestrales. Crédito: Canva
Chihuahua. Desde Canadá y Estados Unidos, llega a los estados del norte del País este queso resguardado por la comunidad menonita. Crédito: Adobe
Panela. Es una pieza muy importante de la quesería mexicana y su cotidianidad está tan impregnada en todo el País, que es difícil rastrear su origen. Crédito: Adobe
Queso de cincho o añejo. Junto al maizal y la hortaliza, en la milpa, en medio del campo y en medio de condiciones de clima desafiantes, nace este queso. Crédito: Adobe