Lo sabía. El Guayabo dejó de ser El Guayabo tan pronto llegó a San Pedro. Como cuando cruzas al lado gringo y te salen los buenos modales de no sé dónde. Así este changarrito de cochera de vecindario brincó la loma y ahora resulta que es un gastro pub muy nais, con cuchillería dorada, mobiliario contemporáneo y playlist de música lounge, pintado de negra elegancia desde sus paredes hasta los ajuares de los que te atienden.