Una de las pocas veces que vi llorar a mi abuelita fue en junio de 1963. Yo tenía siete años y llamó mi atención que la razón de su llanto era la muerte del Papa.<BR><BR>Se había anunciado que el Máximo Pontífice de la Iglesia Católica, Juan XXIII, había dejado de existir.<BR><BR>Efectivamente,...