OPINIÓN

Homenaje a sí mismo

Denise Dresser EN EL NORTE

4 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
"Y no puedo negar el hecho de que me quieren; de veras me quieren", exclamó Sally Field al recibir su segundo Óscar en 1984. Se le veía rebosante, se le percibía rozagante. La Academia la engalanaba y el público la ovacionaba, tal y como ella siempre lo había querido. Un triunfo más, pero no tanto por la estatuilla sino por la validación. Y eso es lo que busca el presidente Andrés Manuel López Obrador con su ejercicio de "revocación del mandato". Demostrar que es popular, constatar que es carismático, evidenciar cuántos aprueban su gesta heroica y saldrán a las urnas a validarlo. Más que someterse a la posibilidad de ser removido, AMLO busca la certeza de ser ovacionado. La revocación será en realidad una ratificación. La humildad disfrazada de narcisismo. Un concurso de popularidad donde solo hay dos contendientes: el Presidente y su ego. Miss México, donde la guayabera sustituye al traje de baño, y el único concursante ya ganó.