Me repatea esta franquicia tan sexista. No debería dedicarle una sola línea a un menú agringado de hamburguesas y alitas, mucho menos cuando se vale de los "encantos" de sus meseras para generar valor, pero hoy vengo a hablar de psicología y no tanto de gastronomía (porque ni siquiera hay mucha qué destacar), y así es como voy a tratar de explicar este fenómeno, digamos que bajo protesta.