VIDA
Daniel Santiago
Monterrey, México (25 abril 2024) .-05:00 hrs
En el mercado de la cooperativa indígena "Huextekapa tlanemaketl", que significa "Comerciantes de la Huasteca", es posible encontrar alimentos cosechados y elaborados por familias de esa región. Crédito: Alberto Hernández
Cada sábado decenas de puestos a cargo de migrantes de San Luis Potosí, Hidalgo y Veracruz ofrecen sus platillos y productos, en la Alameda. Crédito: Alberto Hernández
Los migrantes viajan cientos de kilómetros para colocarse en la transitada esquina de la Alameda, donde se convierten en los objetos del antojo de los paseantes. Crédito: Alberto Hernández
En el mercado de la cooperativa indígena "Huextekapa tlanemaketl", que significa "Comerciantes de la Huasteca", es posible encontrar alimentos cosechados y elaborados por familias de esa región. Crédito: Alberto Hernández
Son apenas unos 25 puestos en la esquina de Villagrán y Aramberri, todos uniformados y organizados por el azul de sus toldos. Crédito: Alberto Hernández
En los puestos se pueden encontrar el zacahuil, un enorme tamal envuelto en el verde vivo de las hojas de plátano, que puede pesar hasta 50 kilos, y que está hecho con carne de puerco o de pollo. Crédito: Alberto Hernández
También es posible probar los bocoles, gruesas y redondas tortillas calientitas elaboradas con maíz y manteca. Crédito: Alberto Hernández
Hasta hace unos años, estos platillos eran muy ajenos a lo que en la Ciudad se podía probar, pero ahora son parte del mosaico cultural regio debido a la migración huasteca. Crédito: Alberto Hernández
Sus oferentes, hombres y mujeres nahuas y tének, viajan hasta por ocho horas, entre 500 y 600 kilómetros por carreteras de San Luis Potosí y Tamaulipas. Crédito: Alberto Hernández
Los comerciantes cargan decenas de hieleras y bolsas con alimentos y verduras que se venden muy bien. Crédito: Alberto Hernández
Decenas de productos en los puestos son orgánicos, como los chayotes. Crédito: Alberto Hernández
Oloroso cilantro criollo. Crédito: Alberto Hernández
Yucas listas para endulzar. Crédito: Alberto Hernández
Vainas de lentejas. Crédito: Alberto Hernández
Pemuches o pichocos, los que nacen de un árbol considerado sagrado en Mesoamérica, y que se cocinan con frijoles negros, con epazote y chile. Crédito: Alberto Hernández
Hay también productos elaborados con las recetas que han permanecido por generaciones, como el pan dulce que incluye roscas tostaditas y azucaradas, y esponjosas tiras en forma de trenza. Crédito: Alberto Hernández
No falta el queso fresco moldeado en forma redonda, que se desmenuza para las enchiladas, las que, por cierto, son tortillas dobladas a la mitad y bañadas con salsa en un estilo distinto al norteño. Crédito: Alberto Hernández
Aunque su principal mercado son las personas migrantes que provienen de la misma región, hay regios que pasan por el lugar, se animan a probar los alimentos y hoy son clientes frecuentes. Crédito: Alberto Hernández