La historia, que casi nunca es maestra de la vida, se entretiene en ser a veces directora de escena. Lo fue en esta parte de la vida de Iturbide. El joven coronel era el militar más afamado que tenían los realistas, aquél cuyos triunfos deslumbraban más, y que hacían batir palmas jubilosas a los partidarios del virrey, y suspirar a las empingorotadas damas de la corte. Por su parte el cura don José María Teclo Morelos y Pavón era el más recio caudillo entre los insurgentes. Según se decía tenía un genio militar semejante al de los más grandes generales de la antigüedad: Alejandro y Julio César, Aníbal y Escipión, para no citar más que a unos cuantos. Se contaba que el mismísimo Napoleón Bonaparte había oído hablar de aquel americano que atacaba como el rayo y peleaba como el león, y que llegó a decir que con dos o tres Morelos combatiendo a su lado ya habría él conquistado el mundo y sus alrededores. Es desmesura esa leyenda, pero es verdad que Morelos era el más grande jefe militar que había tenido la insurrección, y que a su solo nombre temblaban los realistas.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.