Diego Navarro era hombre atrabiliario, poderoso. Se le achacaban muchas muertes; casi todos lo odiaban y lo maldecían. El joven padre Guízar se propuso hacerlo volver al buen camino. Lo buscaba en su casa, le hablaba de Dios, lo exhortaba a dejar aquella vida desatentada que llevaba. El tal Navarro se burlaba de él y siempre acababa por mandarlo con cajas destempladas.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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