OPINIÓN

La espada del general

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El joven Miguel Miramón se enamoró a primera vista de Conchita Lombardo. Ella era una muchacha de la mejor sociedad de México; él un capitán de apenas poco más de 20 años. Conchita había ido a Chapulterpec acompañada por su gran amiga y confidente, la señora García de la Cadena, a presenciar las evoluciones de los cadetes en aquel verano de 1853. Dirigía el acto un joven moreno, de negra cabellera alborotada. Oyó decir Concha que aquel capitán, llamado Miguel Miramón, había participado heroicamente como "niño héroe" en la defensa de Chapultepec, y que sólo escapó de morir por la clemencia de un oficial norteamericano que detuvo la mano del soldado que se disponía ya a clavar su bayoneta en el cuerpo del muchacho herido.