La hija del poeta
Guadalupe Loaeza EN EL NORTE
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El domingo pasado estuve frente a la puerta del cielo. La única que existe en San Juan, muy cerca de Antigua Guatemala. Esa extraña sensación tuve en la Casa Museo Luis de Lión, en cuya fachada, pintada de amarillo ocre, leí un pequeño texto que había escrito hace muchos años el poeta y escritor Luis de Lión. "Yo venía de un pueblo donde no había cine y sus mujeres eran catedrales. Mis ojos solo conocían los troncos de los árboles y nunca habían visto un muslo. Los senos no tenían nada de erotismo, eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños. Los brazos y los abrazos eran cunas o nidos. Las cinturas no eran de avispa, eran redondas. Los vientres eran surcos para reproducir la vida, no almohadas. Y uno crecía, se casaba, tenía hijos y eso era todo".
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores