El sueño de Joel R. Poinsett se había cumplido. Recordemos el banquete que el nefasto embajador americano ofreció a Iturbide en septiembre de 1821 con motivo de haber conseguido la emancipación de México. En el vasto salón de la embajada puso Poinsett dos retratos que querían ser simbólicos: el de Washington y el de Moctezuma. No puso la efigie de Iturbide, autor de la independencia mexicana. Al colocar el retrato de Moctezuma quiso sugerir que el México indio había recuperado la libertad perdida a manos de los españoles.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.