¡Cómo sufrió aquella mujer que se llamó Concepción Lombardo de Miramón! Fue feliz cuando niña y en su juventud, pues disfrutó de la predilección de un padre amantísimo que le dedicó sus más tiernos cuidados, y más feliz aún fue cuando gozó el amor de Miguel Miramón, el hombre bueno y digno que se convirtió en su esposo. Pero ese hombre, que aspiró a la gloria, alcanzó nada más un amargo y doloroso martirio, pues la vida se le acabó entre acusaciones de haber traicionado a lo que más amaba: México.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.