En forma inhumana Benito Juárez ordenó en el último minuto que se suspendiera la ejecución de Maximiliano, Miramón y Mejía, y la fijó para tres días después. El emperador protestó por aquella postergación. Bien sabía que Juárez no daría marcha atrás en su propósito de privarlos de la vida, y que lo que hacía era sólo una nueva farsa para dar al mundo la impresión de que los defensores había tenido todas las oportunidades para salvar a los reos. Sólo un frío político como Juárez podía jugar así con la vida y con las esperanzas de unos desdichados a quienes en su interior había ya condenado a muerte.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.