OPINIÓN

La suerte está echada

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Don Porfirio Díaz llegó a la presidencia por un acto violento. No hay que reprochárselo demasiado: la verdad es que Benito Juárez implantó un régimen de ilegalidad que sólo por medio de las armas se podía romper. Estaba de por medio, sin embargo, la persona de un hombre de bien, don José María Iglesias, que contra todos los vientos y todas las tempestades se empeñaba en mantener el imperio de la legalidad.