OPINIÓN

Las águilas victoriosas

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Un héroe es un hombre ordinario que en circunstancias poco ordinarias actúa en forma extraordinaria. Si alguien me pidiera señalar una característica común a los héroes mexicanos yo diría que esa cualidad es la de crecerse al castigo. En el tormento Cuauhtémoc ironiza: "-¿Y acaso yo estoy haciendo el amor a una mujer o gozando del baño?" -pregunta a su quejoso compañero de tormento-. (Eso de "-¿Acaso estoy estoy en un lecho de rosas?" es púdica versión expurgada para uso de escolapios). El padre Hidalgo, autor de grandes yerros que hicieron correr ríos de sangre, se purifica ante el patíbulo y tiene muerte de mártir. Maximiliano -para mí es un héroe de México-, se alza sobre las falsedades en que se apoyó su Imperio y muere no sólo con la dignidad de un noble, sino con la gallardía de un valiente: sus últimas palabras fueron para bendecir a la nación que llegó a sentir la suya propia. El señor Madero, que con sólo firmar un papel pudo salvar la vida, prefirió conservar con su muerte la integridad de una causa que sabía perteneciente al bien de México.