En una joya del Mar de Cortés -paraíso de esteros, lagunas y ensenadas- el puertecito de Altata, Sinaloa, recibía las redes de la sencillez de don José, hace más de 50 años.<br /><br />Y muy de mañana, doña Martina, su esposa, ponía su sazón magistral a los frescos frutos del mar, en especial...