La historia de esta empresa orgullosamente mexicana data de 1964 cuando inició como un proyecto de jóvenes profesionistas encabezado por el Arquitecto Enrique Martínez-Ábrego Gómez.
Años más tarde en 1972 se funda Anáhuac Organización Constructora S.A. de C.V., compañía que hoy en día está integrada por más de 120 profesionales calificados y por más de 1,200 personas de mano de obra en campo.
Integrándose en equipo con el cliente se han implementado sistemas de seguimiento y control que garantizan la satisfacción de sus clientes y los objetivos de cada proyecto, de esta forma Anáhuac ha construido millones de m2 de obra horizontal y vertical a lo largo de estos 50 años.
“Para cumplir con los requerimientos de un mercado cada vez más exigente, hemos formado un equipo de profesionales altamente capacitados que, apoyados con sistemas y procedimientos, nos permite brindar a nuestros clientes una atmósfera de servicio del más alto nivel”, expresó el presidente y fundador de la Organización.
Añadió que hoy en día son una de las 100 constructoras con más presencia de obra vertical en México, y basta con echar una mirada por las calles para ver las obras que son legado de Anáhuac, dijo “para seguir nuestra meta, no se trata solo existir, sino trascender y seguir dejando huella”.
Actualmente la empresa tiene presencia en 18 ciudades de 14 estados de la República Mexicana y están activos en Ciudad de México, Guadalajara. Cd. Obregón y Monterrey.
Para el Ing. José de Jesús Gómez Bárcena, vicepresidente de Anáhuac Organización Constructora, la fortaleza de la empresa radica en el control que aplican a sus proyectos y al trabajo realizado dentro de un marco de honestidad y profesionalismo.
“El sello distintivo es nuestra cultura organizacional que prioriza la calidad, transparencia, seguridad, el dinamismo, respeto al medio ambiente y sobre todo, a las personas.
“Esta filosofía nos ha permitido crecer tanto en cantidad como en la complejidad de las obras que realizamos. Creemos que nuestra filosofía trasciende e impacta a quienes la experimentan”, afirmó el directivo.
Todo comenzó en 1964 como un proyecto de jóvenes encabezado por el Arquitecto Enrique Martínez-Ábrego Gómez bajo el nombre de Martinez Ábrego y Asociados (8 años). Fue hasta 1972 cuando nace como tal en Monterrey, N.L. Anáhuac Organizacion Constructora.
Era febrero de 1962 cuando un joven Enrique Martínez-Ábrego Gómez se graduaba de la carreara de Arquitectura por el Tecnológico de Monterey. Tras migrar al suroeste de EU para visitar y conocer los despachos de arquitectos del país vecino en ciudades como Arizona, Phoenix, Los Ángeles y San Francisco, se estableció y comenzó a trabajar para uno de ellos en Seattle en donde además tomó como oyente a clases de la Universidad de Washington.
“Después de trabajar un tiempo en Seattle, regresé a Monterrey a trabajar con mi padre, quien se dedicaba a la construcción, pero al poco tiempo me fui a la Ciudad de México a trabajar en otra empresa de constructores, quienes me mandaron a Campeche para encargarme de la construcción de plazas y monumentos en esa ciudad, un trabajo muy interesante”
“A mi regreso a Monterrey, me encontré con mi papá cerrando su empresa, pero aún con clientes interesados en que les construyeran, así que me los pasó. Para fines de 1966 comencé a trabajar por mi cuenta como un profesionista independiente y fue hasta 1972 que abrí la compañía como una S.A. con el nombre de Anáhuac, escogí este nombre porque cuando era niño,lo que hoy conocemos como Sierra Madre, se llamaba Sierra Anáhuac, y la recuerdo con mucho cariño porque cuando era scout la caminé completa y era algo muy bello.” Nos contó Martínez Ábrego-Gomez.
El Arquitecto, quien perdió la vista en el 2011, tuvo que pasar el mando a la cabeza de la empresa a su vicepresidente el Ing. José de Jesús Gomez Bárcena, pero nunca ha dejado de trabajar. El recuerda muchos retos que han vivido como empresa a lo largo de estos 50 años, en especial lo difícil que fue la pandemia de los últimos años. “Una experiencia muy dolorosa fue tener que dejar ir empleados que tenían muchos años trabajando contigo, algunos hasta 40 años” recordó.
Pero también recuerda grandes satisfacciones como el reto de construir una planta para aluminio en Querétaro, para una empresa francesa, cuyo cliente quedó muy satisfecho, o una obra en San Jerónimo, aquí en Nuevo León, un edificio llamado Sierra Madre del Arq. Gilberto Rodríguez.
“Un proyecto muy interesante, con dos sótanos, porque cuando comenzamos a escarbar nos encontramos con un material que no habíamos encontrado nunca, el limo, que resulta de aguas estancadas ya que pasaba un río subterráneo, así que fue un reto enorme poder hacer que ese terreno fuera firme para la construcción, tuvimos que meter unas columnas de acero que nos permitieron perforar “ nos relató.
Para el arquitecto Enrique Martínez-Ábrego Gómez, aún hay muchos retos que afrontar en el futuro y cada proyecto presenta una oportunidad para hacer mejor las cosas. En sus propias palabras: “Si tú no te tropiezas, no puedes hacer experiencias. En la construcción siempre hay que estar buscando como mejorar los proyectos, hacer mejor lo que te presenta el cliente. Es lo que nos mantiene vigentes después de 50 años. ”